domingo, 8 de enero de 2012

Scene 20 - 9. Chichón

Ese es el ritmo de mi vida ahora. Poner tiritas, deshinchar chichones, calmar rabietas, consolar llantos, dormir inquietudes...
Pero no lo cambiaría por nada del mundo. Antes estaba completamente centrada en mi propia vida, en mis propios asuntos, y tenía tanto tiempo que me cansaba de mí misma. Era incapaz de terminar a tiempo un texto por encargo. Odiaba escribir piezas que no quería escribir, líneas obligadas, versos de plástico. Y ahora es todo más fácil.
Me importa menos porque pienso menos en ello.

Siempre que tengo trabajo, no puedo pasar demasiado tiempo devanándome los sesos en las páginas obligatorias, porque hay una colada que recoger, unos mocos que limpiar, una imaginación que animar o un cuento que contar. Noviembre es una buena niña. Nunca exige demasiado. Aunque lo cotidiano requiere de bastante atención. Así que me pongo a la tarea y en un ratito lo tengo hecho. Mi mente vaga de la lavadora a la nevera, de los fogones a las sábanas, y no tiene tiempo de fagocitarse a sí misma en el trayecto.

A veces siento que esto no es más que un escalón. Una de las fases de la metamorfosis. Antes era una larva, inquieta y comilona, que no sabía demasiado de la vida y que se afanaba en trepar a las hojas más altas, obviando las más jugosas que vivían en la sombra. Ahora no llego a la mitad de los tallos, y me entretengo en comer una hoja completa antes de comenzar con la siguiente. Miro hacia arriba y veo aquel sol brillante y amarillo que tuesta la copa de los árboles, con sus hojas mordisqueadas a capricho. Pero no me apetece trepar tanto, prefiero el juego de luces y arabescos que trazan sus rayos caprichosos a través de las ramas.
¿Algún día terminaré viviendo en la sombra?
Noviembre creo que me lo impedirá. Ya trata de trepar por sí sola a las plantas más bajas, y aunque juguetea en extremo con la comida, le gusta buscar los bocados más apetitosos. A lo mejor cuando crezca sufre esa fiebre caprichosa de subirse a las copas y mordisquear a placer... y allá tendré que ir yo, tras ella, pero tratando de que no se canse de mí.

Estaría bien, para ese momento, poder tener alas. Pero no termino de encontrar aquello, eso que me encerrará en una crisálida y me hará transformarme. El otro día, mientras recogía los tesoros de Noviembre en el rellano, me imaginé a mí misma convertida en una pupa, a punto de abandonar mi estadío de oruga hacia la meta del imago. En silencio, a oscuras, notando mi nueva piel queriendo abandonar aquella prisión rígida y oscura, y las alas con deseos de extenderse hacia el infinito. Escondida, secreta.


Y, estúpida de mí, sentí que me observaban. Y algo me llamaba a salir, a mostrar mis colores y dejar pasar la luz por mis membranas recién paridas. Alguien tocaba a la puerta de mi crisálida con nudillos de seda. Al principio sentí miedo, y cerré más fuerte mis párpados, pensando que eran imaginaciones mías. Y al abrir los ojos... no había nadie. La oruga había estado soñando otra vez con su momento de gloria.

Así que sigo esperando, poniendo tiritas, deshinchando chichones, administrando medicinas y disfrutando del dulce vértigo de ser acompañada. Y dejando que la mente me mienta, pensando que algo me está esperando en el rellano, porque... ¿qué oruga no sueña con ser mariposa?

---------------------------------------------------

BONUS: el espía del rellano...


4 comentarios:

Lady Labyrinth dijo...

"Miro hacia arriba y veo aquel sol brillante y amarillo que tuesta la copa de los árboles, con sus hojas mordisqueadas a capricho"

"¿Qué oruga no sueña con ser una mariposa?"

MALDITA. MALDITA SEAS T/////T
Me ha encantado, te lo juro. Noviembre siempre me había parecido un personaje muy entrañable, pero ahora me resulta AÚN más entrañable después de habérmela imaginado haciendo todo lo de que describe Miranda *___*

Y Miranda, como siempre, tan única. Me he sentido muy identificada con ella... la verdad es que, ante un atasco o un problema, lo mejor es dispersar la mente; siempre es la mejor solución.

Y CON LA ÚLTIMA FOTO DE THEO me has dejado con la baba colgando, imaginándome cosas que no sé si debo imaginar... MALDITA! jajajaja T////////T...

Findûriel dijo...

A muchos os gusta Noviembre. Pobre niña tonta, con lo poco que le gustan las multitudes :D (gracias por tu entusiasmo)

Ya había ganas de escribir sobre Miranda. Menos mal que Meen me la ha sugerido, porque Theo parece el objeto de deseo de casi todas en este Scene20.

Gracias por comentar... ¡y mantente en sintonía! ;)

Silmaril dijo...

¡Por fin algo sobre la niña, hombreyá! Me ha gustado muchísimo. Ha sido una descripción tan sumamente hermosa de lo que nuestros mayores llaman "madurar y tomar responsabilidades" que me he emocionado al leerla. Además, es que podía imaginarme a la niña como una oruguita, camino de ser una hermosa mariposa ...
Espero que sigas escribiendo más cosas de ella. Y a ver si algún día que pidas un número ando cerca y puedo elegir, carajo.

C. Wolf dijo...

Qué entrada más bonita!! *___*
Jo, tienes un estilo de escribir precioso... da gusto leerte, de verdad ^^

Pásate por esta entrada de mi blog, que hay una cosita "for you": http://d-resinayotrashistorias.blogspot.com/2012/01/hola-holaaaa-gente-bloggera-del.html